La pintora María Nieves Martín Castellano, natural de Villafranca de los Barros, está rehabilitando desde hace más de un año la que se considera única almazara de aceite dentro del casco urbano de la localidad, y probablemente la única en Extremadura --data del siglo XIX--, según los estudios consultados, para convertirla en un estudio de pintura que será también galería de arte en un futuro próximo.

El local había sido utilizado para otras labores en los últimos años y comenzó a experimentar cambios a medida que los albañiles avanzaban en el proyecto. Fue uno de ellos quien realizaba sus labores cuando vio como se hundía la tierra bajo sus pies aunque afortunadamente no sufrió ningún daño. Entonces empezaron a excavar con cuidado y apareció la primera de casi una decena de tinajas bajo el suelo.

PROYECTO

El arquitecto Rafael Amigo Marcos ha guiado el proyecto y ha valorado positivamente el buen criterio de la familia para conservar aquello que encontraron y ahora siguen rehabilitado ya en la recta final.

La idea de la rehabilitación fue de José Antonio Soler, marido de la pintora, y se convirtió en un proyecto familiar donde han vertido sus ilusiones e invertido sus ahorros y será sin duda un lugar especialmente atractivo desde el punto de vista artístico y turístico, ya que se mantienen intactos el lugar donde estaba, en la que fuera almazara a finales del siglo XIX, la piedra de prensar, las tinajas encontradas bajo tierra y donde se almacenaba el aceite, los arcos del antiguo edificio y hasta el espacio de la alcantarilla. Todo ello tapado con cristales específicos para que pueda ser observada y recordada la anterior utilización del lugar.

Las obras han sufrido algunos retrasos en los últimos meses, pero el lugar es visitado por profesionales de la arquitectura y próximamente será también lugar de encuentro para los participantes en un curso que comenzará en breve en el instituto Santiago Apóstol de Almendralejo.

Según los expertos, se está rehabilitando uno de los edificios más originales de la localidad dedicados al arte, por detrás de la Casa de la Cultura, que fue una fábrica de harina antes de ser rehabilitada.