El mundo ganadero mira desde mañana y hasta el 7 de octubre a Zafra, donde se darán cita este año más de 500 expositores y 2.500 cabezas de ganado en la Feria Internacional Ganadera, que celebra sus 556 años desde su nacimiento en 1453 por orden de rey Juan II. Santiago Malpica Martínez lleva mirando y mimando muchos años esta cita para la venta de ganado --no conviene olvidar que este es el objetivo fundamental de esta feria-- y conoce de primera mano los cambios, a mejor, que ha experimentado. Recuerda como los años 1966 y 1992 supusieron grandes cambios para el evento, cuando fue nombrada Feria Regional del Campo Extremeño y Feria Internacional Ganadera, respectivamente, o cuando en los años 60 la peste porcina africana y la inclusión del cerdo blanco "casi acabaron con el ibérico".

Lo cierto es que las de ahora no tienen que ver nada con las ferias de hace unas décadas, cuando se hacían dentro de lo que hoy es el casco urbano, como en la parroquia San Miguel, en Campo Marín, o en la avenida Antonio Chacón. "Antes los ganaderos venían a la feria con sus pastores o gañanes para traer sus piaras de cerdos", desde pueblos y provincias vecinas, pero "hoy el trabajo es más cómodo" gracias al desarrollo del recinto ferial. Este ganadero era muy joven cuando empezó vendiendo crías de yeguas en el rodeo de San Miguel y posteriormente vendía ganado vacuno. Recuerda con cariño, dice, como las casas se llenaban de forasteros, feriantes que alquilaban habitaciones y casas enteras para pasar la feria, casas del casco antiguo que en muchos casos acogían pequeños puestos de feriantes para "vender distintos artículos en sus zaguanes".

Con el paso de los años, su hijo, Santiago Malpica Castañón, siguió su camino en la feria como veterinario, una andadura que empezó como ayudante de laboratorio desde que estaba en la facultad, un trabajo destinado a controlar la entrada y salida del ganado en la feria. A lo largo de su experiencia como veterinario y ahora también como miembro de la Entidad Ferial, ha observado la evolución de la cabaña ganadera y de la mejora en las razas que asisten a esta importante cita. En los último años, explica, el ganado selecto asistente ha evolucionado muy favorablemente y "las razas autóctonas no tienen nada que ver con las cabezas que venían a Zafra hace veinte años, la calidad ha aumentado y ha mejorado", porque siempre se ha traído lo mejor de lo mejor.

Crisis pasadas

El sector ganadero siempre ha sido muy vulnerable a las crisis propias del sector y a las crisis económicas en general, hay que tener en cuenta que asistir a estos certámenes tiene sus costes propios para el ganadero que trae a las naves segedanas su mejor ganado selecto. Este hecho hace que las administraciones tengan que hacer un esfuerzo para seguir luchando por estas ferias con tantos años de historia. Así, padre e hijo destacan que "antes era necesario venir a la feria, pero ahora no; hay mejores carreteras y es más fácil que el comprador compre en la misma finca". Para solucionar este tipo de problemas, que pueden hacer decaer la presencia del ganado en la feria, la Entidad Ferial y el propio ayuntamiento han fomentado los concursos ganaderos que dan prestigio a las cabañas participantes.

Una evolución en la Feria que ha pasado indudablemente por la evolución de las instalaciones en el recinto ferial que han permitido acomodar el trabajo de los ganaderos y asegurar una mayor higiene y seguridad animal. Uno de los últimos cambios fue la adaptación de las naves para la prevención de la lengua azul. Pero para Malpica Castañón, la Entidad Ferial y el recinto de 1992 "ya han cumplido su objetivo y se debe de seguir modernizándose y mejorando para seguir haciendo de la Feria de Zafra una cita atractiva para todos los ganaderos".

Destacando la importancia de Portugal en la mejora de la feria, este experto apunta la necesidad de acometer "una mayor sectorización de la feria", y eliminar la mezcolanza que existe actualmente, para dotar de mayores servicios y especialidad a los ganaderos, expositores, industriales, comerciantes y visitantes. Una cuestión que deberá de plantearse con la creación del nuevo consorcio que regirá el futuro del evento.

La ciudad del comercio

En cualquier caso, la feria ganadera no hace sino potenciar aún más una localidad marcada por el comercio a lo largo de su historia. Y para ello es fundamental su situación estratégica; dentro del triángulo que unen las ciudades de Madrid, Sevilla y Lisboa, que le ha permitido dedicarse desde siempre al comercio y al intercambio. Una dedicación que ha abierto el carácter de sus gentes acostumbradas a tratar con visitantes de otros lugares.

La historia de Zafra va unida desde sus inicios a la historia de sus ferias. La feria de San Miguel vino a unirse a una anterior que la ciudad celebraba por San Juan y a innumerables eventos comerciales que han dejado en la ciudad riquezas y costumbres ajenas en la comarca, y un patrimonio histórico y cultural comparable al de muy pocas ciudades españolas.