La Audiencia Provincial de Badajoz ha desestimado el recurso de apelación presentado por el conductor de la retroexcavadora condenado a cuatro años de prisión por el accidente de tráfico que, en mayo de 2014, costó la vida a cinco chicos del equipo de fútbol de Monterrubio de la Serena.

El abogado defensor del único procesado, José Duarte, explicó en su día que recurrirían el fallo emitido tras el juicio celebrado en noviembre de 2016 porque "la juez se desvinculó de las pruebas".

La Audiencia Provincial desestima el recurso presentado por Duarte y confirma la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Don Benito, imponiéndole las costas judiciales al acusado, según ha explicado a Efe uno de los abogados de la acusación, Manuel Poyatos.

La magistrada del juzgado dombenitense encargada del caso, Beatriz Miranda, señaló a F.F.M. como "autor penal" de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave en concurso con diez delitos por lesiones por imprudencia grave y un delito de lesiones por imprudencia grave.

Igualmente, fue condenado a seis años de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, con imposición de las costas, incluidas de la acusación particular y actor civil.

Sin embargo, quedaba absuelto por el delito contra la seguridad vial en la modalidad de conducción bajo la influencia drogas.

La juez determinó que, a pesar de que el autobús circulaba a 84km/h, por encima del límite permitido, si la máquina no hubiera realizado el giro, éste habría culminado su adelantamiento y se habría incorporado al carril por el que circulaba inicialmente.

El accidente ocurrió el 8 de mayo de 2014, a las 21:22 horas, en el kilómetro 3,5 de la BA-051, en una larga recta, cuando el microbús chocó con la pala de la máquina agrícola cuando ésta hacía el giro hacia la derecha para meterse en un camino.

Cinco chicos de entre 12 y 15 años pertenecientes al equipo de fútbol sala fallecieron en el accidente y también hubo trece heridos, la mayoría menores.

La defensa, que pedía la absolución, solicitó la imputación del conductor del autobús por exceso de velocidad y consideró durante el juicio que no se le había encausado por una relación de amistad con el entonces presidente extremeño, José Antonio Monago, y para evitar responsabilidades a la Administración regional por este servicio de transporte.