La tradicional recogida de la bellota del arbolado comunal de Alburquerque comenzó ayer. Se trata de una tradición en la que el vecindario está autorizado a recolectar este fruto que, por proceder de los terrenos de la dehesa boyal, los conocidos Baldíos de Alburquerque, pertenece a los vecinos.

Para recordar que las bellotas son de todos, el ayuntamiento ha sacado un bando en el que prohibe señalar árboles con chozos o cualquier otra clase de objetos. Además, advierte que la recogida se hará "con todo orden y sin preferencias de clase alguna, siendo sancionados severamente los contravengan lo dispuesto en el bando".

Desde la Edad Media en que se constituyeron los Baldíos de Alburquerque, tras entregar en el año 1430 el infante de Aragón algunas tierras al pueblo, existe esta tradición que comenzaba en la festividad de Todos los Santos con el pregón de la bellota .

Mediante este pregón se informaba al vecindario de la posibilidad de recoger bellotas de las encinas y alcornoques de los terrenos comunales. La recogida de estos frutos era antes algo muy codiciado por los vecinos, puesto que con las bellotas se engordaba el cerdo que unos meses después, y tras ser sacrificado, servía de sustento a las familias, especialmente las humildes.