Las asociaciones agrarias ubicadas en la localidad, Coag, Asaja y UPA, han mostrado su preocupación por la existencia del proyecto de construcción de una planta de cementos en el término municipal. Según el colectivo agrícola, los riesgos derivados de la actividad industrial de esta cementera afectan a la salud humana y a los cultivos tradicionales de la zona como son la vid y el olivo.

El proyecto en cuestión recoge la creación de una planta de molienda y ensacado de cemento en el punto kilométrico 643 de la carretera Nacional 630, a 5,5 kilómetros de la localidad. La industria se asentaría en una parcela de 45.030 metros cuadrados y su capacidad de trabajo sería de unas 300.000 toneladas métricas de cemento anuales.

PELIGROS

Según el presidente de la comunidad de labradores, Juan José Gallardo Laja, "al margen de los daños a la salud humana con enfermedades respiratorias, la actividad de estas empresas deteriora el medio ambiente, el paisaje y lo que es más importante, los cultivos". Gallardo Laja reconoce que la vid y el olivo sufrirán afecciones si se construye la planta. Además, los procesos de obtención del vino, aceite y alcohol se verán afectados, al igual que las granjas porcinas y avícolas que están ubicadas cerca del lugar donde se quiere instalar la industria cementera. Los agricultores recogerán firmas y enviarán un escrito a la Junta y al ayuntamiento.

Por su parte, el alcalde, José María Ramírez, reconoció que hacía año y medio ya tenían conocimiento de la existencia de este proyecto. Ramírez explicó que la empresa se quiere instalar en terreno rural y no en el polígono industrial, por lo que el ayuntamiento tiene potestad para decidir sobre su autorización.

Según el alcalde, "hay que esperar a que terminen los plazos porque aún no se ha ejecutado ningún estudio sobre el impacto ambiental de la cementera, tras él escucharemos a todos los colectivos", concluyó.