La restauración de la villa romada de Torre Águila, en Barbaño (entidad menor de Montijo), ha supuesto una inversión de 243.550 euros, que ha costeado la Consejería de Cultura y Turismo, en 2009 y 2010.

Según recoge la agencia Europa Press, Esperanza Díaz, directora general de Patrimonio Cultural, resalta que las actuaciones consistieron en la conservación y restauración de zonas afectadas por la climatología. Además, se ha ampliado la zona excavada para mejorar el conocimiento de las instalaciones industriales y se ha diseñado un itinerario de visita con apoyo de carteles explicativos que permite a todos aquellos que se acerquen al yacimiento conocer sus estancias principales.

De hecho, ahora, destacan las termas, el peristilo del siglo IV, las grandes estancias absidiadas, la zona de lagares y piscinas de decantación del producto, las habitaciones de los sirvientes o estancias subterráneas para soportar mejor los rigores veraniegos.

Anteriormente, entre 1991 y 1995 se acometió desde la Junta de Extremadura una primera fase, en la que se acondicionaron los restos que habían sido excavados en los años precedentes de cara a su aprovechamiento turístico y cultural.

A través de este primer proyecto en el que se realizó una inversión "cercana a los 200.000 euros", se procedió a la instalación del cerramiento completo del yacimiento y a la consolidación y restauración de las estructuras arqueológicas excavadas.

El descubrimiento

El descubrimiento de la Villa romana de Torre Águila se produjo de manera fortuita en el año 1984, durante las labores de nivelación de la finca para el regadío, si bien las primeras noticias sobre este establecimiento se remontan a 1633 cuando el historiador emeritense Bernabé Moreno de Vargas habla del hallazgo de la Virgen de Barbaño "entre los edificios antiguos que están arruinados allí cerca, y llaman los paredones en la dehesa de Torre Águila".

En 1984 se realizaron intervenciones arqueológicas en el yacimiento arqueológico bajo la dirección del arqueólogo Francisco Germán Rodríguez Martín, tras la adquisición de los terrenos por parte de la Junta de Extremadura, que también financia el desarrollo de las campañas de excavación junto con aportes de fondos provenientes del Ministerio de Cultura.

Estos primeros trabajos permitieron la documentación de una gran mansión rural de época romana en la que destacaba por su extensión e importancia toda la zona fructuaria relacionada con el procesado de la aceituna y la aceituna (zonas de molienda, pisado, prensado, etcétera), así como piscinas y receptáculos impermeabilizados para el almacenamiento y decantación de los productos resultantes que serían comercializados en la urbe emeritense.

La villa, construida a lo largo del siglo I d.C. se mantiene en uso a lo largo de más de siete siglos con importantes remodelaciones de sus estancias entre las que destaca la ampliación realizada en época bajo imperial (siglo IV d.C.), construyendo un nuevo espacio residencial en torno a un gran patio porticado cuyos suelos fueron enriquecido con mosaicos.

El Gobierno regional destaca que también son "muy importantes" por su estado de conservación los espacios termales de uso privado con piscinas de agua fría, templada y caliente para uso y disfrute del señor de la villa.