La Plaza de España de Villafranca acogió este fin de semana la celebración del II Encuentro de Encajeras de bolillos organizados por la Asociación de Encajeras de bolillos de la localidad que preside Ana Espinosa, quien dio la bienvenida a las participantes junto al primer teniente de alcalde del consistorio, Andrés Moriano.

Un total 246 mujeres aficionadas al arte del bolillo se instalaron en las mesas habilitadas al efecto bajo dos grandes carpas ubicadas en la plaza por el propio consistorio, que ha colaborado en la organización en materia de infraestructuras. Llegaron a la localidad representantes de diecisiete asociaciones de toda la región e inclusos dos andaluzas, procedentes de Sevilla y de Torremolinos.

Desde las grandes ciudades extremeñas como Cáceres, Mérida o Badajoz, a poblaciones más pequeñas como Calamonte, Guareña o Villalba de los Barros, esta tradición tiene en las mujeres su más firme exponente y aunque la mayoría son de mediana edad, en Villafranca se pudo ver una joven de siete años ya iniciada en el mundo del bolillo.

En cuanto a las asociaciones presentes, la más peculiar llegó desde Hinojosa del Valle, donde se hace el llamado bolillo de brujas que se precisa de doce pares de bolillos y la aguja de gancho, el resto son bolillos más tradicionales al estilo de Almagro.

Catalina, vecina de Hinojosa del Valle, explicaba que el bolillo peculiar que se mantiene vivo en esta localidad llegó desde la ciudad belga de Brujas en los años 30. En aquella época donde "no había mucho trabajo en otros ámbitos eran muchas las mujeres que iban al taller de doña Concha y después de unos años un poco parado, hace unos cuatro años pedimos cursos y desde la Junta de Extremadura se concedió". El grupo de Hinojosa del Valle anunció su intención de organizar un nuevo encuentro a lo largo de este año.