Monesterio cerró con la celebración del Día del Jamón, Fiesta de Interés Turístico de Extremadura, tras un año repleto de actividades para la promoción del municipio a través de su producto más emblemático. La Ciudad del Jamón hizo gala a su título y dejó el mejor sabor de boca a las miles de personas que abarrotaron los recintos habilitados para una fiesta que va a más, en la que se llegaron a consumir unas diez toneladas del mejor jamón ibérico elaborado por las empresas colaboradoras.

El Día del Jamón dejó a organización, empresarios del sector y al público un regusto repleto de los mejores matices. Quienes participaron disfrutaron de un magnífico ambiente y una espléndida jornada de convivencia, concebida como la mejor forma de publicitar, dentro y fuera de nuestra región, el auténtico sabor que caracteriza a los productos ibéricos elaborados de manera tradicional.

El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, estuvo acompañado por el alcalde, Antonio Garrote. Antes, Vara se reunió con los padres de Manuela Chavero, desaparecida hace 67 días, y con representantes sindicales de la mina de Aguablanca. Con respecto a la desaparición de Manuela Chavero, el presidente explicó que pese a la situación por la que atraviesa la familia, "se sienten arropados y agradecidos" por el apoyo que reciben. Aun así, expresó "que hay que intentar que este caso no deje de ser noticia", a la espera de "un final feliz".

Hecha coincidir con el día grande, la Fiesta del Jamón volvió a presentarse como la mayor expresión popular de participación, gusto y diversión de la localidad. La jornada se inició con el reparto de 2.000 bocadillos de jamón entre quienes fueron los primeros en llegar al recinto ferial. Un primer bocado, a modo de desayuno, que luego les llevaría hasta los distintos estands, donde los industriales ofrecieron -- hasta agotar--, sus mejores productos.

Según el presidente Vara, "al comenzar septiembre, Monesterio se convierte en referencia regional del jamón, y en España". Alabó la organización de "una fiesta muy consolidada", que se ha "sabido mantener en el tiempo" por su nivel de calidad. Actividades como ésta, dijo, son esenciales para "el futuro de un sector que va bien", pero que "para que no muera de éxito hay que cuidar mucho la calidad" y todos los factores que hacen de nuestro jamón "un producto único".

Una de las peculiaridades de esta fiesta es la de probar in situ los manjares de cada una de las marcas con las que las distintas empresas comercializan sus productos. Generosas raciones a seis euros, son el mejor aperitivo para después atreverse con las espléndidas paletillas ibéricas, que al precio de sesenta euros, con el regalo de cuchillo y tabla jamonera, se dispersan por los más de 10.000 metros cuadrados que ocupan en la piscina municipal, el parque del Tejar y su amplia zona exterior ajardinada.

ACTIVIDADES Comer jamón en buena compañía. Poco más hace falta para disfrutar de este esperado acontecimiento que cada año reúne a casi 10.000 personas venidas desde cualquier punto de nuestra geografía nacional. Aun así, la organización preparó diferentes actividades paralelas, entre las que destacó una exhibición de corte de jamón a cargo de seis maestros poseedores del Cuchillo Jamonero de Oro que otorga el concurso que anualmente se celebra en Monesterio.

Fueron Fran Robles, de Paracuellos; Pedro José Pérez, de Puebla de la Calzada; Emilio José Rubio, de Villanueva de Córdoba; Pablo Martínez, de Jumilla; Pablo Montiel, de Sevilla; y Juan José Masa, de Villanueva de la Serena, fueron la envidia de quienes se arremolinaron para seguir un hecho único por la notoriedad de los cortadores y la calidad del producto, dado a degustar entre los asistentes. Los jamones loncheados en la exhibición participaron en el concurso al mejor Jamón de Monesterio.