Portadores del paso, vecinos que trabajan intensamente en la decoración de calles y plazas por donde procesionará el Cristo de las Misericordias durante tres horas, emigrantes y la gran mayoría de los fontaneses esperan impacientes a que llegue mañana, 4 de septiembre, para ver bajar al Cristo de su camarín. "No hay palabras para contar cómo baja despacio, como si caminara hacia ti mirándote", explica un devoto que ha vivido varias bajadas. Durante la procesión del día 7 se verá a muchos llorando.