La Guardia Civil ha intervenido en Villanueva del Fresno (Badajoz) más de un centenar de quesos antes de ser comercializados sin etiquetas ni garantías sanitarias y el presunto infractor es un vecino de Portugal que ejercía la venta ambulante en la localidad.

En una nota, la Comandancia de Badajoz ha señalado que ante la ausencia de etiquetado y trazabilidad, y el riesgo para la salud pública, el Servicio Veterinario de Salud Pública de la Junta de Extremadura inmovilizó los quesos para su posterior destrucción.

Se explica que la Patrulla Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil de Olivenza (Badajoz), durante una actuación de servicio de inspección de mercancías, interceptó en Villanueva del Fresno un vehículo conducido por un ciudadano portugués.

Tras la identificación de su conductor y la inspección del turismo se observó cómo en su parte trasera transportaba quesos.

A requerimiento de los agentes, el conductor no aportó ninguna documentación que amparara la mercancía, no acreditándose el origen de los quesos y careciendo de documentación de acompañamiento comercial y de albaranes o facturas de ningún tipo.

De los 123 quesos que transportaba en el vehiculo 91 son curados, supuestamente de oveja, y otros 32 quesos semicurados, supuestamente de cabra, y la mercancía que carecía envases y de etiquetado.

Además, el vehículo no contaba con regulación de temperatura, lo que, debido a las altas temperaturas ambientales existentes ese mismo día, dificultaba la correcta conservación de los quesos.

Con evidencias claras de que el ahora denunciado se estaría dedicando a la venta ambulante de los quesos en el interior de la localidad, la Guardia Civil inmovilizó e intervino la partida de quesos para, posteriormente, contactar con el Servicio Veterinario de Salud Publica de la Zona de Salud.

Tras personarse el veterinario, éste declaró no aptos para el consumo humano la totalidad de los quesos.

Al carecer de etiquetado y la falta total de trazabilidad que pueda acreditar sobre su origen y las garantías sanitarias de los mismos, se consideró que constituían un riesgo para la salud de los posibles consumidores, por lo que fueron desnaturalizados para su posterior eliminación.

Ante los citados hechos, se levantaron actas por una infracción de la Ley General de Sanidad y Real Decreto por la que se establecen las condiciones aplicables a la producción y comercialización de esta clase de productos.