La desolación es el sentimiento que ayer invadía a la dueña de una vivienda ubicada en el centro urbano de Villafranca tras el incendio declarado a primera hora de la mañana de ayer en la misma y que dejó calcinada parte de la casa. El fuego pudo haberse originado en un brasero o estufa y se declaró en torno a las siete de la mañana cuando la dueña y única ocupante del edificio estaba en el servicio. Con las llamas se extinguieron, además de los muebles, sus libros y parte de la colección de cuadros del pintor local Diego García Arroyo, fallecido en el 2006, su hermano, que decoraban las paredes.

"Escuché unas explosiones y mucho ruido, salí corriendo como pude, en pijama y me quedé en la puerta con el frío hasta que los bomberos terminaron de apagar el fuego, y necesitaron mucho tiempo", explicó consternada apenas unas horas más tarde en el pasillo de una casa totalmente ennegrecida.

El incendio, en el que estuvieron trabajando unas dos horas, quemó el mobiliario de esta casa de planta baja de la calle Llerena, que quedó totalmente ennegrecida por el humo. En las labores de extinción participaron los bomberos del parque comarcal, policía local y Guardia Civil.

El pintor Diego Manuel García Arroyo, fallecido en el 2006, fue profesor de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla y especialista en restauración con una larga trayectoria pictórica siempre jalonada de numerosos e importantes premios.

Su última exposición tuvo lugar en Sevilla, en marzo del 2006, en los locales de la Fundación del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Sevilla y estuvo compuesta por algunas de las obras que realizó durante el año de 2005 bajo el título Mis rincones favoritos , que recogían algunos de los lugares más característicos de su localidad natal.