El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga el derribo de casi la totalidad de la iglesia Santa María de Brovales situada en el término municipal de Jerez de los Caballeros. Fue erigida en época visigoda y ahora solo queda en pie la puerta de acceso oeste y la espadaña que se alzaba sobre esa zona del templo. El resto, según el arqueólogo Víctor Gibello, «ha sido totalmente eliminado con una retroexcavadora». Así, han desaparecido «la cabecera, la sacristía, las naves y todas las estructuras existentes a su alrededor que eran diversas».

Los técnicos de la Unidad de Protección del Patrimonio de la Junta se desplazaron ayer a la finca en la que se encuentra para evaluar los daños de un bien patrimonial cuya ubicación en una propiedad privada «no significa que el poseedor de la tierra pueda hacer con él lo que quiera», señaló Gibello.