El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) de Azuaga instruye diligencias por un delito continuado contra la fauna e investiga a una persona tras el hallazgo de un águila imperial envenenada en una finca del término municipal de Reina. Según informó ayer la Guardia Civil, también se halló el cadáver de un milano negro envenenado y en la zona existían antecedentes por este tipo de mortandad de fauna protegida.

La investigación se inició en marzo, cuando se halló el cadáver de un águila imperial, que presentaba indicios de haber sido envenenada, como constataron los análisis realizados, que desvelaron que la causa de la muerte fue la ingestión de un plaguicida muy tóxico, sustancia prohibida desde hace años en toda la Unión Europea.

Con un perro adiestrado, La Guardia Civil y agentes de Medio Ambiente de la Junta rastrearon durante dos días las zonas próximas al lugar del hallazgo del águila imperial, donde encontraron también el cadáver de un milano negro. En el interior de una nave agropecuaria hallaron un bote de plástico y una jeringuilla que contenía lo que a simple vista parecía ser la sustancia empleada para estos envenenamientos. También en esas instalaciones se hallaron almacenadas numerosas artes de caza (cepos, jaulas-trampa y artilugios para la captura de depredadores y ballestas), elementos que en su mayor parte están prohibidos, tanto en su tenencia como en su utilización para la caza no autorizada.

Nuevos análisis permitieron concluir la presencia del tóxico, tanto en el milano negro como en el bote y jeringuilla, por lo que se tomó declaración en calidad de investigado al propietario de la nave. El Seprona ya investigaba desde el 2013 el uso ilegal de veneno en la zona, tras encontrar otro águila real. En el caso de determinarse la responsabilidad en el envenenamiento, la persona investigada se enfrentaría a una pena de hasta dos años de prisión.