La Dirección General de Infancia y Familias de la Junta de Extremadura ya había actuado en el caso de la niña rumana que ingresó cadáver en el hospital de Talarrubias con heridas y hematomas, tras la denuncia por malos tratos presentada por la Guardia Civil contra su abuela. Según recoge la agencia Efe, la Junta de Extremadura lamenta la muerta de la niña de tres años, afirma que mantiene contacto permanente con la Delegación del Gobierno y las Fuerzas de Seguridad del Estado para facilitar su labor en torno a la investigación abierta y precisa que nunca ha ejercido la tutela de la menor fallecida. La Dirección General de Infancia y Familias entró "en contacto" con la niña fallecida y su hermana de año y medio a raíz de un aviso de la Guardia Civil, que denunció malos tratos a la niña menor de edad por parte de su abuela, con quien residían las menores, ya que sus padres, ambos de 18 años, trabajaban en Sevilla. De acuerdo con el protocolo establecido para estos casos, en los que prima la protección de las menores, la Junta acogió a las dos niñas en uno de sus centros e inició el estudio del caso. En ese momento, se puso en contacto con los padres de las niñas, les informó de lo sucedido y, en todo momento, los progenitores accedieron a las condiciones propuestas por los Servicios Sociales de Base del Ayuntamiento de Talarrubias y el equipo de menores de la Junta para que las menores retornaran con ellos. Una de esas condiciones era el alejamiento de la abuela, por lo los padres trasladan su residencia de la localidad pacense de Siruela a Talarrubias. La última visita de los técnicos de la Junta de Extremadura y de los Servicios Sociales del ayuntamiento a la familia se produjo el viernes, 2 de noviembre, cuando la madre de las menores acudió al Centro de Salud de Talarrubias para solicitar la tarjeta sanitaria de la menor. En este sentido, la Junta de Extremadura quiere dejar claro que el seguimiento a los padres ha sido "riguroso" y que colaboraron en todo momento con el equipo del Programa de Familias y con los Servicios Sociales de Base municipales, quienes supervisaron y analizaron de manera exhaustiva la idoneidad de los progenitores, que "nunca dieron muestra de actitud violenta con sus hijas". Finalmente, señala que ha ejercido la tutela automática de la otra menor, que se encuentra ya acogida en un centro de la región.