El médico J. M. M. T., acusado de falsificar 2.740 recetas del SES cuando trabajó como sustituto en el Area de Salud de Llerena --octubre del 2006 a abril del 2007--, motivo por el que comparte banquillo con el farmacéutico J. M. D. V., también acusado de falsedad en documento público y estafa, admitió los hechos en el juicio que se ve en la Audiencia de Badajoz. Su abogado planteó circunstancias atenuantes, pues en ese tiempo sufría brotes psicóticos por un tratamiento contra la obesidad mórbida que padece.

J. M. D. V. negó cualquier implicación en los delitos, pues nunca se fijó en las firmas de las recetas, ni fue avisado de que pudieran ser falsas. "Yo, si me traen la receta, expido los medicamentos, pero no identifico las firmas de los médicos", afirmó.

El fiscal solicita en su escrito provisional 6 años de prisión para cada uno, que la defensa del médico espera que se reduzca, mientras que la del farmacéutico insiste en que éste no estaba en connivencia con el médico, como él mismo reconoció, ni intervino en falsificación alguna. En este sentido, sus preguntas a los médicos que declararon como testigos se dirigieron a saber si los talones de recetas estaban o no debidamente custodiados.

Un perito declaró que J. M. M. T. sufrió brotes psicóticos, episodios de delirio, euforia y convulsiones por estrés y falta de sueño, pues llegó a realizar 17 guardias en un mes. A preguntas del presidente de la sala, concluyó que el acusado tenía sus facultades volitivas afectadas por el consumo del medicamento contra la obesidad, que en el 2010 fue retirado del mercado por sus efectos psicológicos negativos.

J. M. M. T., que devolvió la mitad de los 30.000 euros defraudados, dijo desconocer que cometía delito y J. M. D. V. afirmó que no estaba obligado a controlar facturas más allá de lo exigido. Y consideró normal el aumento de ingresos en su farmacia pues hacía guardias de 24 horas y por tener el pueblo el único punto de atención continuada de la zona de Llerena, fuera de esta localidad. El juicio continúa hoy.