Tras 79 años sin pisar suelo ribereño, la familia García Castilla, este fin de semana que se iniciaba nuevo año, Mónica Rodríguez Orta, natural de Sevilla y residente en Melbourne, Australia, tiene nuevos proyectos, desvelar por qué su bisabuelo Francisco García Báez fue fusilado la noche del 13 de noviembre de 1936, y otras muchas dudas que su abuela Juana se llevó para la tumba antes de ser enterrada en Sevilla, nueva residencia que cogería al azar al abandonar su pueblo natal junto a su madre Josefa Castilla Merchán, bisabuela de Mónica.

"Nosotros en la familia la conocíamos por Pepa", comenta Joaquina Castilla a sus 72 años, al reunirse en Villafranca de los Barros con Mónica. "Soy ya la última que queda de los Castilla, nunca llegué a conocerla, sólo de oídas", dice, y conocía la buena relación que tenía con su prima Isabel en Don Benito, adonde viajó en alguna ocasión. Solo tiene unos pocos recuerdos que rescató de su abuela y su madre que jamás pisó Ribera y desconoce por qué fusilaron a Francisco una noche tras regresar del campo junto a su amigo, cuando ya le esperaban una pareja en la puerta de su casa, quienes lo reclamaban.

Tras pasar por Ribera, su emoción era reflejo de satisfacción y confesaba: "no sabes lo que ha sido esto para mi, la próxima vez pasaré mas tiempo, e iré con mi madre. He podido ver el campo santo, a casi todos los Castilla. En Australia dedicaré tiempo a todo esto. Necesito tiempo para poner todo lo que tengo junto y entenderlo".