Comenzó la fiesta más participativa y multitudinaria de la localidad. La procesión del patrón de agricultores y ganaderos, desde la Parroquia, hasta la calle que lleva su nombre, abrió cinco días festivos. El jueves se destinó a disfrutar del camino entre Monesterio y la pradera de Culebrín, recinto que cuenta con 80 casetas.

Tras el último día del quinario al santo, tuvo lugar una multitudinaria y colorida procesión por las calles de Monesterio, cuyo momento más solemne se desarrolla en la calle San Isidro. Allí se instala un altar y una sencilla ceremonia da paso a la explosión de alegría y al baile por sevillanas, con el grupo Entre dos orillas.

Centenares de vecinos acompañan esta procesión, con decenas de caballistas e incontables mujeres, de todas las edades, luciendo coloridos trajes de flamenca. Este año, por coincidir el día de San Isidro con las celebraciones en el municipio, la hermandad acentuó la conmemoración con el lanzamiento de fuegos artificiales en la plaza del Pueblo. Después se inició la verbena previa al camino, con el acto institucional y la proclamación de romeros y romeras adultos e infantiles. En esta ceremonia son los romeros salientes quienes notifican el nombramiento de los que ostentarán el cargo durante la fiesta.

Este año, por decisión de la hermandad y su constante compromiso y participación con la romería monesteriense los elegidos son Manuel Hernández Villalba, Romero Mayor; Asunción Gómez Cantillo, Romera Mayor; y los Romeros Infantiles, Manuel Martínez Girol y Elena Ramayo Vargas. Y Manuel Gallego Aradilla como capataz del camino.

Casi sin tiempo para el descanso, tras la verbena, que se prolongó hasta la madrugada, el jueves se celebró la Bendición de Romeros en la ermita de la Virgen de Tentudía, desde donde partió el camino al Culebrín, donde continuará la fiesta con actividades hasta mañana, día en el que San Isidro volverá a procesionar por el recinto de la pradera, acompañado por tamborileros.