La Guardia Civil ha abierto "nuevas líneas de investigación" en el caso de la muerte de Justa Pérez Isidoro, una vecina de Cristina, localidad próxima a Guareña, que el 2 de diciembre del 2000 apareció muerta en su domicilio con un fuerte golpe en la cabeza y en medio de un abundante charco de sangre. Según la Delegación del Gobierno en Extremadura, la Benemérita confía en que estas líneas de investigación "pudieran dar fruto a corto y medio plazo y permitan el esclarecimiento del crimen".

Para ello, la delegación señaló ayer que recientemente se ha contado con la colaboración de un equipo especial de técnicos en criminalística de las Unidades Centrales de la Guardia Civil, que han apoyado la labor investigadora "con la aplicación de los últimos avances técnicos y científicos en inspecciones oculares". Así, se han buscado y recogido pruebas e indicios que, a pesar del paso del tiempo, "podían hallarse tanto en la vivienda donde se cometió el hecho como en la casa contigua, en la que se celebraba una reunión de jóvenes de la localidad el día que ocurrieron los hechos".

LOS HECHOS El día 2 de diciembre del 2000, Justa Pérez Isidoro, de 56 años, apareció muerta en su casa de Cristina, en la que vivía sola. La fallecida fue vista por última vez con vida por una joven de su familia en torno a las seis de la tarde del mismo día y esa misma joven la halló muerta alrededor de las once de la noche en la cocina.

Las primeras hipótesis apuntaban al robo como posible móvil del asesinato, pero después cobró fuerza la motivación sexual. En los días sucesivos a la aparición del cadáver, la Guardia Civil interrogó a vecinos de Cristina y de Guareña.