Las obras del viaducto de Castilblanco, de la carretera N-502 sobre el embalse de García Sola, avanzan a buen ritmo, lo que permitirá poner en servicio el nuevo puente en torno a finales de este año.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera; y el director general de Carreteras del Estado, Jorge Urrecho, visitaron ayer las obras de construcción del nuevo viaducto, que irá paralelo al existente, que quedará fuera de servicio. El desarrollo incluye además una pequeña variante de trazado de la N-502, para entroncar con el nuevo puente. Ahora se está acometiendo la fase de construcción del tablero.

Ya se han completado cuatro de los diez vanos y se trabaja en el cinco y seis --en la zona central de puente--. También están fabricadas todas sus vigas, que son trasladadas según va siendo necesaria su colocación. Con una inversión total de diez millones de euros, el nuevo viaducto de Castilblanco tiene una longitud de 437,5 metros repartida en diez vanos de 43,75 metros de luz, que se apoyan en nueve pilas-pilote y sus dos estribos.

Las pilas-pilote están compuestas cada una de ellas por dos fustes de 1.800 milímetros de diámetro de hormigón armado que se empotran directamente sobre el estrato rocoso existente bajo los depósitos aluviales del río, disponiendo de una camisa de chapa de acero que sirve de encofrado. H