Era un reconocimiento largamente esperado por los oliveros que participan y se implican con entusiasmo para mantener y acrecentar, representación tras representación, la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera, que ha conseguido la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional, que concede la Secretaría de Estado de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

El ayuntamiento recibió la comunicación de la concesión el lunes a mediodía, según confirmó la alcaldesa, Luisa Osorio, quien valoró que este reconocimiento supone sobre todo una mayor proyección de la localidad «a todos los niveles», al tiempo que constató que en el pueblo ha sido recibido con «mucha ilusión» porque «se lo merece» y es la recompensa al trabajo realizado durante tantos años. Osorio destacaba además que en Extremadura sólo hay 10 fiestas que gozan de esta declaración. El expediente se remitió al ministerio este verano y, según la alcaldesa, lo más complicado ha sido documentar la existencia de alojamientos en el entorno.

Oliva de la Frontera representa las escenas de los últimos días de Jesús desde 1976, cuando el cura párroco José Ramos Capilla, ya fallecido, convenció a un grupo de vecinos para celebrar esta particular Semana Santa, que desde entonces ha ido creciendo en contenido y participación. En 1997 recibió de la Junta de Extremadura la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional. De todas las manifestaciones populares de la Semana Santa que se desarrollan en España, solo hay una representación teatral que también es de Interés Nacional, la de Castro Urdiales, en Cantabria, según recordaba ayer Manuel Barroso, presidente de la Agrupación de la Pasión Viviente. Esta asociación es la artífice de esta escenificación, que implica a medio millar de oliveros, entre actores, figurantes y organización. Para Barroso, este título los anima a «trabajar el doble» y espera conseguir involucrar más a las administraciones.