Un anhelo de Rufino Garrote fue siempre conservar el ancestral juego del mojón. Amante de las tradiciones, Garrote contempló como a finales de los 80 el deporte más particular de Monesterio casi llegaba a su fin. Ya no había mojoneras el Domingo de Resurrección, ni se reunían los amigos para disfrutar de la sana convivencia que representó este juego hereditario. Todavía un pequeño grupo se juntaba el Primero de Mayo, como último reducto con el que mantenerlo vivo.

A principios de los 90 un grupo de amantes del mojón, liderados por Garrote, se constituye en peña para revitalizar este deporte entre los jóvenes. En 1996 se crea la Peña Mojonera el Chorrito y comienza la recuperación real del juego del mojón, con competiciones en cualquier fiesta, exhibiciones para niños y jóvenes y lo llevan a Portugal y las playa de Huelva y Málaga. Ya tienen campo de juego en las Moreras, cedido por el ayuntamiento.

Tanto trabajo dio fruto y acaban de celebrar la incorporación de 12 jóvenes, con una tirada y una garbanzada elaborada por uno de sus socios. De siempre, las tiradas de mojón estuvieron acompañadas de vino y asados. La jornada no pudo ser más atractiva. Viejos jugadores y nuevas incorporaciones en armónica convivencia, y la satisfacción de Rufino Garrote al ver cumplido su deseo. «En Monesterio tenemos mojón para rato», dijo, orgulloso como presidente de la peña.