La plaza en homenaje al pintor universal Eduardo Naranjo, cuya construcción realiza el Ayuntamiento de Monesterio, comienza a tomar su forma definitiva. Ayudados por una enorme grúa, operarios municipales colocaban, durante la mañana de ayer, las grandes moles de hormigón sobre los que se han impreso los cuadros elegidos por el pintor extremeño como parte un proyecto urbanístico en su honor que podría quedar finalizado a mediados del próximo mes. El alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, y el concejal de Obras, Francisco Javier Amador, han seguido el desarrollo de estos trabajos de reconocimiento al artista en un espacio expositivo al aire libre.

Se trata de la impresión de dos de sus obras Separación de las aguas (1983) y El emigrante (1992). Junto a ambas planchas de hormigón, hay otra en la que se ha plasmado una gran imagen del rostro de Naranjo acompañada de un texto escrito por él.

El regidor declaró que «el resultado es espectacular» y destacó «la importancia» de este espacio urbano rehabilitado y dedicado a la obra de «nuestro paisano más insigne». El propio Eduardo Naranjo definía el proyecto como «un bello símbolo de lo que ha sido la pasión de mi vida, para que la gente siempre recuerde ese amor que pongo en la manera de interpretar la vida, a través del dibujo y la pintura».

La empresa encargada de ejecutar el proyecto de Miguel Ángel Naranjo (hijo del pintor), es Hermanos Vila y está dedicada al prefabricado de hormigones. Hasta ahora nunca había afrontado un «reto como éste», explica José A. Vila, y es que, para ilustrar las placas con la obra del pintor, se ha utilizado una novedosa técnica importada de Finlandia, cuyo resultado final es prácticamente un grabado de la obra de Naranjo. A falta de algunos elementos, como la pérgola central o el recubrimiento vegetal superior, este espacio quedará para mediados de agosto diseñado casi como un guiño a los elementos más recurrentes de la obra del pintor.