La expedición de rueses que durante cuatro días ha permanecido en Almendralejo partió ayer hacia tierras gallegas con lo que se pone el punto y final a la firma del protocolo de hermandad entre estas dos poblaciones. A lo largo de la mañana del domingo, los gallegos visitaron dos bodegas de la localidad y asistieron a una misa en la parroquia de la Purificación en la que intervino la Coral de Almendralejo.

Un momento destacado fue el descubrimiento de una placa que desde ayer figura en una avenida de Almendralejo con el nombre de A Rúa. Tras un almuerzo de despedida, al filo de las 17.00 horas, los gallegos partieron después de que el edil rués, José Vicente Solarat, recibiese del presidente del CIT, Antonio Díaz, un obsequio conmemorativo.

GRATITUD

El propio Solarat, expresó en su despedida un testimonio de gratitud "a todos los que han participado en este hermanamiento y que han trabajado para que esto haya sido posible, especialmente nuestro embajador en Almendralejo Juan Francisco Sánchez".

El propio embajador, al término de la visita, la calificó de "emotiva y exitosa. Ha predominado un mensaje de gratitud y los rueses se han marchado de Almendralejo totalmente emocionados de la experiencia que han vivido".

El alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, además de agradecer la colaboración de los visitantes, destacó que el programa de actos ha sido muy completo en cuanto a actividades. "Creo que los rueses han podido conocer todas las facetas de la localidad: la cocina, nuestras bodegas, e incluso han vivido un corte del suministro de agua".