El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) de Azuaga instruye diligencias por un delito continuado contra la fauna e investiga a una persona tras el hallazgo de un águila imperial envenenada en una finca del término municipal de Reina (Badajoz).

Según ha informado hoy la Guardia Civil, también se halló el cadáver de un milano negro envenenado y en la zona existían antecedentes por este tipo de mortandad de fauna protegida.

Los hechos empezaron a investigarse el pasado mes de marzo, cuando se halló el cadáver de un águila imperial (Aquila adalberti), que presentaba indicios suficientes para poner en marcha el denominado programa "antídoto" encaminado a erradicar el uso ilegal de venenos que afectan de forma grave a la fauna.

Tras la oportuna recogida del cadáver y remisión al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre Los Hornos, de Sierra de Fuentes (Cáceres), se realizó el oportuno estudio analítico del ave que determinó que la causa de la muerte del animal fue la ingestión de un plaguicida muy tóxico, sustancia prohibida desde hace años en toda la Unión Europea.

Ante la confirmación de las sospechas de los agentes, se activaron los servicios de los perros especializados en búsqueda de este tipo de sustancias, que la Guardia Civil posee en Madrid, con el objeto de inspeccionar la zona de una forma más detallada.

Los Guardias Civiles y Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, acompañados del can adiestrado, rastrearon durante dos días las zonas próximas al hallazgo del águila imperial, donde encontraron en el campo el cadáver de un milano negro (Milvus migrams) .

En el interior de una nave agro-pecuaria hallaron un bote de plástico y una jeringuilla que contenía lo que a simple vista parecía ser la sustancia empleada para el envenenamiento de las dos especies protegidas.

También en esas instalaciones se hallaron almacenadas numerosas artes de caza (cepos, jaulas-trampa y artilugios para la captura de depredadores y ballestas), elementos que en su mayor parte están prohibidos, tanto en su tenencia como en su utilización para la caza no autorizada.

Además, nuevos análisis permitieron concluir la presencia del tóxico, tanto en el milano negro como en el bote y jeringuilla encontrados, lo que dio pie a la instrucción de diligencias judiciales ante la comisión de un supuesto delito continuado contra la fauna.

Por ello, se tomó declaración en calidad de investigado al propietario de la nave donde se encontraron el producto e instrumentos de aplicación a los posibles cebos usados con el resultado de la muerte de las rapaces.

El Seprona ya investigaba desde el 2013, el uso ilegal de veneno en la zona, ya que en esas fechas se halló el cadáver de un águila real (Aquila crysaetos), también causado por la ingestión de cebos impregnados de esta sustancia tóxica.

Las diligencias se han entregado en el Juzgado de Instrucción de Llerena y en el caso de determinarse la autoría de los hechos y por tanto la responsabilidad en el envenenamiento de las especies protegidas, la persona investigada se enfrentaría a una pena de hasta dos años de prisión.