Casi medio metro de agua y una granizada fue lo que dejó la tormenta la tarde del martes en Llerena, según informó ayer el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, quien explicó que solo se habían producido daños materiales aunque "puntuales" en los domicilios donde entró el agua.

López Iglesias recordó que de 17.00 a 20.00 horas hubo alerta naranja y en este intervalo llovió bastante en Llerena, después granizó "y en cuestión de minutos la temperatura bajó casi diez o doce grados". Este "aluvión" de lluvia y granizo provocó que en algunas calles el agua subiese medio metro de altura, pero según le informaron tanto el alcalde de la localidad, Valentín Cortés, como la Guardia Civil no hubo consecuencias graves.