Alburquerque revivirá a partir de este domingo, 13 de noviembre, la tradicional recogida de bellotas del arbolado comunal por parte de sus vecinos, en una tradición que se remonta a la Edad Media. El ayuntamiento ha emitido el ‘Bando de la bellota’, que autoriza la recogida a todos los vecinos sin preferencia.

Queda prohibido el señalamiento de las encinas y alcornoques con cualquier objeto. Desde la Edad Media, en que se constituyeron los Baldíos de Alburquerque -en el año 1430 el infante de Aragón hizo entrega de algunas tierras al pueblo-, existe esta tradición que comenzaba en la festividad de Todos los Santos con el ‘Pregón de la bellota’.

El «vuelo», es decir, los árboles y sus frutos, son de todos los vecinos, mientras que la tierra y el aprovechamiento agroganadero corresponde solo a los arrendatarios de las parcelas que componen los baldíos, explica José Cantero, vecino de 72 años que recuerda la tradición. Entonces, un día antes del pregón, los vecinos tomaban posesión temporal de los árboles mediante señales o chozos que se construían alrededor del tronco, lo que provocaba disputas y confrontaciones que a veces acaban de forma violenta.

En el pasado, la recogida era muy codiciada, pues con la bellota se engordaba el cerdo que unos meses después, y tras ser sacrificado, servía de sustento a todo la familia, especialmente a las más humildes.