El convento de clausura de las monjas clarisas cumple en el 2003 tres siglos de existencia. Trescientos años, en los que las religiosas han demostrado su bondad y su lazos de unión con el pueblo de Almendralejo.

Todo comenzó con la llegada a la localidad de la Madre María de Cristo, una joven monja de La Parra que consagró a doce mujeres almendralejenses que constituyeron la primera congregación de las Claras. Ocurrió el 23 de diciembre de 1702. Un año después iniciaba su actividad tras recibir de manos de Leonor Golfín de Figueroa los bienes materiales.

MISA

Desde entonces y hasta el día de hoy han pasado tres siglos que se conmemorarán hoy a las 17.00 horas con una misa en el templo del convento oficiada por el Arzobispo Antonio Montero Moreno.

Actualmente, la fraternidad está compuesta por nueve religiosas. Según reconoce la Madre Superiora, Sor Inmaculada, "todas tienen una avanzada edad, aunque albergamos esperanzas en el futuro. Si Dios ha querido que perduremos trescientos años, creo que no tardaremos en recibir nuevas vocaciones".

La propia Madre Superiora reconoce que los lazos de unión con la población siempre han sido fuertes. De hecho, durante la Guerra Civil, muchos vecinos abrieron sus puertas a las hermanas para evitar que sufrieran represión ante el expolio que afectó el convento.

REMODELACION

En la actualidad, el inmueble que ocupan las hermanas, ubicado en la calle Ricardo Romero, está sufriendo una reforma. Según apuntó Sor Inmaculada, se está construyendo una hospedería para "acoger a los sacerdotes que comparten con nosotras días de retiro y para un grupo de franciscanos que se reúnen aquí todas las semanas".

Estos planes de mejora dan fe de que, en clausura, pero en relación directa con la población, las monjas de la Claras esperan, al menos, cumplir muchos años más.