El extremeño Rafael Caraballo recibirá el próximo 17 de diciembre, en Zafra, el premio José González Barrero que, desde hace cinco años, otorga la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica José González Barrero de Zafra para significar la obra de entidades o personas que se distingan en la defensa de la solidaridad, la justicia, la tolerancia y la libertad.

El fallo lo dieron a conocer ayer en el parador de turismo de Zafra, la presidenta de la asociación, Libertad González, el vicepresidente, Justo Calderón, y Teodomiro Trujillo, vocal.

TRAYECTORIA El galardonado, que en la actualidad reside en Badajoz, nació en Peñarroya (Córdoba) en 1920, aunque ha estado la mayor parte de su vida vinculado a Jerez de los Caballeros y Oliva de la Frontera.

Tras el golpe de Estado de 1936 su familia se trasladó a Portugal donde estuvo refugiada en campos de concentración y otras dependencias en Barrancos, Evora y Lisboa. En octubre del mismo año se trasladaron a Tarragona donde con 16 años se incorporó al frente de Aragón y meses después, encuadrado en el Ejército Popular de la República, estuvo en el Frente de Extremadura. Al finalizar la guerra fue detenido en Siruela y encerrado en el campo de concentración de Castuera durante un año. Después siguió preso en Almendralejo, Madrid, Algeciras y Conil de la Frontera, donde integró uno de los batallones de trabajadores.

La presidenta de la asociación zafrense señaló que la vida de Rafael Caraballo expresa la lucha y los sufrimientos a los que se vieron abocados millares de españoles encarcelados durante la guerra civil y el franquismo.

Al concederle este premio la asociación quiere simbolizar en él a todos los extremeños que lucharon por la libertad y dejaron parte de su vida en las cárceles y en los campos de concentración.