Antonio Murillo Dávila es el alcalde --real-- de Zalamea de la Serena desde el 2011, cuando su grupo, el PP, obtuvo cinco concejales, por tres del PSOE, dos de IU y uno independiente, que fue el antecesor en el gobierno local. Zalamea, con más de 2.300 años de historia, cuenta con 3.900 vecinos y está a 153 kilómetros de Badajoz, situado en la comarca de la Serena, de la que se considera su capital cultural.

--¿Cómo ha sido la primera mitad de legislatura?

-- Los primeros momentos muy difíciles, e ilusionante. En este tiempo se han cumplido muchos objetivos y tenemos perspectivas de mejora.

--¿En qué estado encontró el ayuntamiento?

-- De abandono político total, con problemas para pagar la nómina del mes siguiente; la extra no la pudimos pagar hasta diciembre, y con llamadas constantes de proveedores reclamando pagos. Solo a ellos se les debía casi 900.000 euros. Había bastante descontrol en tema de personal y obras a medio realizar. Era un ayuntamiento sin cabeza. Cuando llegué no funcionaba ninguno de los relojes, ni el del ayuntamiento ni el de la iglesia, y los pusimos inmediatamente en marcha como un símbolo de que Zalamea se ponía en marcha.

--Fue elegido alcalde tras unos años de confrontación en su pueblo. ¿Cómo es el ambiente y las relaciones con la oposición?

-- Fui concejal en la oposición del 96 al 99, del 99 al 2003 de Cultura en un gobierno resultado de un pacto con IU, y después volví a la oposición hasta que me presenté en el 2011 y obtuvimos 5 concejales y a falta de 70 y tantos votos para la mayoría absoluta. Tengo a tres portavoces en la oposición que han sido alcalde, los tres de izquierdas, y eso significa que es una legislatura complicada y un reto ilusionante, no rehúyo la batalla política. En esta legislatura ha habido polémica por el cambio del mercadillo; hubo insultos y pusimos una demanda una concejala de mi grupo y yo contra ese portavoz y fue condenado. El ambiente es tenso. El más razonable de la oposición es el concejal independiente que fue alcalde.

--¿De qué vive Zalamea, qué cómo le afecta el paro y la crisis?

-- Principalmente de la agricultura, la ganadería, de dar servicios a los pueblos del entorno, y de algunas empresas transformadoras agropecuarias, almazaras o secaderos de jamones. El paro y la crisis nos afecta de forma importante. Es nuestro principal quebradero de cabeza. Lo más duro como alcalde es que venga un vecino a pedir trabajo y no lo puedas dar. Tenemos una bolsa de empleo y tiramos de ella; solo se salta si una emergencia social; el resto, cuando le corresponde. Cuando hay falta de trabajo hay que ser escrupuloso y justo porque si no te comerían por la calle.

En emergencia social no tenemos problemas en ayudar a quien lo requiere. Cerca del 60% del presupuesto del 2013 se dedica a personal. Intentamos, en la medida de nuestras posibilidades, dar el máximo trabajo posible, pero estamos en un plan de ajuste y de pago a proveedores. Aún así, hemos bajado el IBI del 0,45 al 0,40%.

--¿Qué vías de desarrollo ve usted para su pueblo?

-- La prioridad es poner en marcha antes de final de año una residencia de mayores, a la que que podrán regresar mayores que están fuera y con la que se crearán entre entre 20 y 25 puestos de trabajo. Cuando llegamos se había hecho una ampliación en pisos tutelados con 18 plazas de válidos; se amplió en la anterior legislatura para 16 asistidos y hemos tenido que acometer una obra de acondicimiento de la parte antigua y ahora falta la dotación del edificio completo, por 120.000 euros, de los que el Sepad nos ha da la mitad.

Luego, tenemos un taller de empleo en el Castillo, lo ponemos en valor para hacer todas las torres visitables. Tenemos el palacio tartésico de Cancho Roano que es visitable y hay excavaciones en cerro Borreguero, así como otros 40 o 50 sitios dispersos que están catalogados y que se irán excavando, lo que puede ser un valor importante de cara al turismo.

Siempre nos hemos considerado la capital cultural de la Serena, por que Nebrija escribió la primera Gramática Castellana aquí; en mayo próximo vendrá el embajador de Chile a inaugurar placa conmemorativa de Diego Ortiz Nieto de Gaete, que fue comendador de Osorio. Y tenemos nuestro 'Alcalde de Zalamea', que aún representa el pueblo cada año y por el que nos han dado la Medalla de Extremadura. Estamos muy orgullosos.

--¿Qué proyectos tiene?

]-- Uno importante, que es impulsare una zona de uso industrial de la que carecemos, y ayudar a los emprendedores.

--¿Qué opina de la Ley de la Administración Local del Gobierno?

-- Una parte importante me parece bien: la prestación de servicios que se puedan afrontar y la liberación de los impropios, me parece justo. Hay otras cuestiones de centralizar núcleos de población que requerirán un estudio más puntual, pero en línea general creo que la Administración mejorara.

--¿Cómo son sus relaciones con la Junta y la diputación? ¿Tiene proyectos en marcha o pendiente con alguna de ellas?

-- Con la Junta de Extremadura son muy buenas y cordiales, y la con la diputación también son buenas las relaciones. Uno siempre quiere más para su pueblo, pero no pongo peros a ninguna de las dos.

--¿Cómo ve el futuro inmediato?

--Considero que Zalamea en estos dos años se ha puesto en marcha. En época de crisis se pueden hacer cosas, hay que optimizar recursos, ser justos y equitativos y con tesón esfuerzo y dedicación se pueden hacer cosas.