Aún tengo en la retina la reunión mantenida en mayo del 2012 entre los alcaldes y las Comunidades de Regantes de la Comarca con sede en Sorpodevaje para tratar la problemática asociada a las concesiones de aguas de las citadas organizaciones agrarias. Ha pasado ya más de un año y seguimos igual, aunque no sé por qué me extraño. Este proceso administrativo lleva en marcha desde el año 2000 e incluso teniendo una declaración del Consejo de Ministros del año 2002 de "Interés General de las obras de Mejora del Regadío del Valle del Jerte", han pasado 13 años y aún seguimos esperando.

Cuando se habla de un uso eficiente y sostenible de un recurso tan valioso como es el agua, ¿De qué estamos hablando? La conclusión a la que uno fácilmente puede llegar es que se trata de un eufemismo que en realidad quiere decir que "preocúpese del agua, del medio ambiente, de mejorar sus regadíos, que ya estaremos nosotros para joderle". Así de claro y contundente.

XNO SE TRATAx de un tema político, en este periodo de tiempo han gobernado PP y PSOE y a nivel regional nos consta que existe una preocupación evidente y se está trabajando por solucionarlo. ¿Entonces dónde está el problema? Pues en el organismo del que depende la decisión y el trámite, esto es, la Confederación Hidrográfica del Tajo. Un organismo autónomo, dependiente del Ministerio de Agricultura, que se creó en el año 1926 y que está demostrando con el ejemplo de hoy que es obsoleto, inoperativo e inútil. Hasta cierto punto, muchas ed sus limitaciones sobrevienen de un excesivo marco legislativo que convierten las normas en inaplicables, pero es demasiado sangrante que tras 13 años de papeles para arriba, permisos para abajo sigamos en el punto.

XPERO ESTA DESIDIAx no queda ahí, tienes sus consecuencias, por cierto, muy graves. El no conseguir las concesiones de agua, es decir, la cantidad de agua que les corresponde para regadíos y así poder administrarla entre los socios, implica que los proyectos aprobados así como la financiación de las inversiones se puedan caer.

Los proyectos, como es lógico, llevan un durísimo estudio de impacto ambiental (un capítulo aparte) y este finaliza su validez en 2014. Si no se acelera la concesión y hay que hacer otro estudio ambiental podemos estar hablando, sin ningún género de dudas, de la desaparición de las Comunidades de Regantes, asociaciones voluntarias y desinteresadas de nuestros pueblos que sólo pretenden mejorar el uso del agua y que con tanta burocracia y tanto obstáculo desistirán por aburrimiento y astío.

XPOR OTRO LADOx, la financiación. Es bueno saber que estas infraestructuras las financian en un alto porcentaje los propios agricultores a través de créditos en condiciones preferentes que se suscriben con la Seiasa y a muy largo plazo, pero para lograr estos préstamos se necesitan avales bancarios, que llevan suscritos desde 2006. Siete años pagando sin poder acometer inversiones, el agricultor ve que paga y paga y todo sigue igual que hace 15 años. Y lo que es peor, ¿qué pasará a finales de año cuando tengan que renovar las pólizas y avales con los bancos? En el mejor de los casos habrá un incremento sustancial de los intereses a pagar y en el peor que no serán renovados.

Ante esta dramática situación ¿qué nos queda?, algunos rezarían a la providencia, yo, desde mi modesta posición, he decidido luchar, ponerme al lado de los agricultores y gritar bien alto ¡Basta Ya! y aprovecho para deciros y pediros que pasado el verano, en septiembre, hagamos una concentración a las puertas de la Confederación para dar solución a esta sinrazón.