Una treintena de alumnos del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) de Jaraíz de la Vera y Losar de la Vera se convirtieron durante un día en intrépidos aventureros con el único objetivo de poner a salvo las codiciadas recetas del pimentón y el quesuco de La Vera. El objetivo era aprender jugando.

Los alumnos tuvieron que recorrer las calles de sus municipios para resolver diversos problemas, cuestionarios y enigmas planteados por sus profesores, «con la finalidad de evitar que las claves del proceso de elaboración de los productos bandera de la comarca cayeran en manos de multinacionales», señalaron desde el CEPA jaraiceño.

Esta innovadora forma de aprender lengua, matemáticas, sociales o cocina, forma parte del proyecto Del aula a la calle: un recorrido por Jaraíz, diseñado por el equipo de profesores del Centro de Educación de Personas Adultas de Jaraíz de la Vera.

Además, este proyecto se enmarca dentro de la didáctica denominada breakout, que utiliza el juego como herramienta de aprendizaje. A través del cual se han trabajado contenidos del currículo educativo de todos los ámbitos: científico-tecnológico, comunicativo y social.

En el proyecto ha participado el alumnado de primero, segundo, tercero y cuarto de Educación Secundaria para Personas Adultas (ESPA) y de primero y segundo de Formación Profesional Básica de Cocina y Restauración y Competencias Clave Nivel II.

Todas las actividades planteadas estaban encaminadas a conocer aspectos relevantes de la localidad y a trabajar las competencias clave, especialmente en comunicación lingüística, matemática, ciencia y tecnología, aprender a aprender y sociales y cívicas.

En el caso de Jaraíz de la Vera, para llegar al lugar donde se encontraba la receta básica de elaboración del pimentón de la Vera y ponerla a salvo, los alumnos tuvieron que realizar en las calles de la localidad una decena de actividades de todas las asignaturas que se imparten durante el curso. De esta manera, recorrieron distintos puntos del municipio como la Picota, la biblioteca, la oficina de turismo, la plaza Mayor, el Museo del Pimentón, la iglesia de San Miguel y el propio CEPA.

Por ejemplo, en la Oficina de Turismo, para pasar a la siguiente prueba, los alumnos tuvieron que descifrar los tres dígitos de un candado que abría un cofre y para ello tuvieron que localizar palabras esdrújulas, adjetivos o faltas de ortografía en un folleto turístico de la comarca.

Desde el CEPA valoran «de forma muy positiva» el proceso de aprendizaje desarrollado con el proyecto y animan «a todos los centros de ESO de la región a implantar iniciativas similares», aseveraron.