Si los ratones de Hamelín hubieran tenido conocimiento de la Feria Nacional del Queso de Trujillo no habría habido flauta ni melodía que los hubiese sacado de esta ciudad. Es lo que les pasó ayer a las cerca de 35.000 personas que inundaron la plaza Mayor trujillana en el segundo día de celebración de la XXXI Feria Nacional del Queso, según fuentes municipales. Los verdaderos amantes de este manjar, elaborado a partir de leche de vaca, oveja, cabra y si me apuran de búfala o burra, lo tienen realmente difícil para decidirse. Son más 500 las variedades que se dan cita en esta ciudad, referente desde hace 31 años del queso en nuestro país.

Elegir uno u otro ayer se dejaba prácticamente al azar, más que dejarse llevar por gustos del paladar. Los miles de personas que se dieron cita, especialmente en las horas centrales del día, hacían que los puestos estuvieran abarrotados. El día soleado y la agradable temperatura también hicieron posible que el público se quedara en la plaza degustando queso hasta la caída de la tarde. Y es que seguro que estos días ha habido en Trujillo representación de todos los pueblos y ciudades de Extremadura, e incluso de todas las comunidades autónomas. Sin ir más lejos, Andrea y Serafín son un matrimonio de Salamanca que repiten por tercera vez. Cada año aprovechan estas fechas para visitar a su familia que vive en el sur de nuestra región, "porque nos encanta el queso y el buen ambiente que se crea en Trujillo, así es que esta fecha la tenemos ya marcada de un año para otro para venir a Extremadura", señalan.

No son los únicos. Un grupo de 34 mujeres de un pueblo cercano a Córdoba no podían haber elegido mejor fecha para hacer una excursión a Cáceres. Pertenecientes a una asociación de amas de casa, realizan anualmente un viaje de dos o tres días. Ayer visitaron Cáceres y mañana irán a Guadalupe, "y cuando nos enteramos de que coincidía con esta feria planeamos las visitas para que uno de los días fuera en Trujillo". Pero entre extremeños y visitantes de otras provincias llaman la atención otro grupo de adictos al queso. Su aspecto y sobre todo su acento los delata. Son de Yorkshire del Norte, al noroeste de Inglaterra. "Cuando supimos que los quesos ingleses eran los que venían como invitados a la feria de Trujillo, quisimos venir a pasar el fin de semana", explica uno de ellos. Llevan algo más de un año viviendo en Madrid y es la primera vez que vienen a Extremadura, "pero seguro que no es la última, ni tampoco a la Feria del Queso". Y es que entre los quesos británicos que se han podido probar en la feria destacan el Gorwydd Caerphilly, elaborado con leche cruda de vaca y cuajo animal; el Montgomery's Cheddar, un queso de vaca de toques acaramelados y afrutados, y el Colston Bassett Stilton, que presenta una textura muy mantecosa conseguida mediante el peinado manual de la cuajada.

MAS QUE QUESO Pero todo no hay sido comer queso. La jornada también ha tenido carácter didáctico y los asistentes han podido conocer cómo hacer queso de manera artesanal. En el taller se ha explicado cómo elaborar el queso de oveja, la temperatura de la leche al inicio del proceso, el momento de añadir el cuajo o la importancia de un buen prensado. Por su parte, José Antonio Morales, cocinero del Parador de Turismo de Trujillo, ha realizado la muestra de cocina en vivo, en la que ha elaborado un postre en el que el queso de la Denominación de Origen Ibores. La jornada de hoy se espera que tenga el mismo éxito que la de ayer, donde está previsto la cata-concurso de quesos de cabra y oveja, un taller de queso, y más demostraciones de cocina en vivo.

Una vez más la Feria del Queso se ha visto complementada con FERinARTE, la Feria Internacional de Artesanía organizada por FEVAL que, por tercer año está contribuyendo a dar un valor a añadido a la cita quesera. Medio centenar de artesanos procedentes de todo el país promocionan y venden sus productos en el Paseo Ruiz de Mendoza, a la vez que realizan talleres en vivo, invitando a participar en el proceso al visitante que va o viene de la muestra quesera. Una verdadera fiesta gastronómica, cultural y turística que mañana llegará a su fin, dejando muy buen sabor de boca y con ganas de repetir dentro de doce meses.