El pueblo de Millanes está cansado. Cansado de la prepotencia de su párroco, don Antonio, que no deja hablar a nadie en misa, que maneja el dinero del cepillo y de las colectas a su antojo, sin consultar con nadie y para fines que no se reflejan en el libro de cuentas". Así lo afirma Mariano Catalina, miembro de la comisión nombrada hace un año con el fin de recaudar fondos para la restauración de la iglesia y hacer las veces de mediador entre el pueblo y el párroco. Junto a él más de un centenar de vecinos de esta pequeña población que cuenta con 260 habitantes se concentraron en la mañana de ayer a la puerta de la iglesia para pedir explicaciones. Pero el párroco no atendió la demanda del pueblo y ofició la eucaristía para apenas una decena de fieles mientras que el resto esperaba en la calle decretando más tarde el cierre de la iglesia por un año, lo que alteró aun más a los vecinos. Finalmente, atemorizado ante los encrespados ánimos de los vecinos se encerró en la iglesia y cuando salió lo hizo escoltado por dos parejas de la Benemérita llegando casi a atropellar a uno de sus miembros con su vehículo ante la tensión del momento.

LAS ACUSACIONES

La gota que ha colmado el vaso es la desaparición de la cuenta mancomunada que tenían la comisión y la iglesia de más de 4.000 euros recaudados el pasado año.

Y es que esto ya viene de lejos: hace 14 años que el párroco asiste a este pueblo además de Las Casas y Belvís de Monroy. Desde la comisión se le acusa de numerosas irregularidades económicas que están reflejadas en el libro de cuentas. Así afirman que durante 3 años no se han reflejado los movimientos de dinero y que simplemente hay anotaciones ambiguas y poco precisas, como por ejemplo "dinero para la obra". También alegan la existencia de un préstamo a la iglesia de Las Casas (que también regenta el mismo párroco) que están sin devolver y que no se sabe nada de ellos.

Además no se explican cómo antes se recaudaban unas 50.000 pesetas de velas y cepillo y este año que lo ha gestionado el pueblo se ha llegado a las 200.000. Otra de las irregularidades denunciadas es la negativa por parte del cura a dar la comunión o a bautizar según el vecino que lo demande llegando a exigir por adelantado el pago de tasas como es el caso de Luis Miguel Jiménez que tuvo que bautizar a sus hijos en Jaraíz de la Vera. "Nadie está en contra de la iglesia. Estamos en contra de este hombre, que se vaya de aquí y que las cuentas de la iglesia estén claras". Así lo afirmaba Francisco Jiménez Encina, alcalde de Millanes.