Desde hace semanas los vecinos de Perales del Puerto no salen de su asombro al abrir el grifo. "El agua sale amarilla, pero ha llegado a estar de color marrón. No tenemos más remedio que traerla de la fuente de San Antonio y de Hoyos. No podemos lavar con normalidad y la ropa blanca sale amarilla de la lavadora", relata Raquel Rivera, vecina de la localidad.

Para María Isabel Simón, farmacéutica y también vecina de Perales, la causa del mal aspecto del agua se encuentra "en la poca cantidad que hay almacenada en el embalse ". Afirma que es "muy desagradable de beber al tener un color amarillento", pero asegura que, según los análisis que maneja el ayuntamiento, es potable y apta para el consumo.

Los habitantes de Perales llevan con el agua revuelta desde hace varios días. La tarea de hervirla para cocinar y el ir y venir a la tienda de barrio para comprar agua mineral embotellada se han convertido en dos rutinas diarias. Los problemas al hacer la colada se multiplican si la ropa es blanca, como también a la hora de ducharse.

Mientras los vecinos rellenan garrafas de agua en la popular fuente de San Antonio, el alcalde de Perales del Puerto, José Luis Perales, reconoce que las cualidades del agua en el municipio no atraviesan su mejor momento. No obstante, asegura que "la turbidez está en el nivel uno y nos permiten un máximo de cinco", según los análisis efectuados por una empresa de calidad alimentaria de Coria. En el ayuntamiento ya se han puesto manos a la obra para atajar un problema que "radica en la escasez de agua que hay en el embalse de Acebo, del que se abastece Perales". El edil explicó que los filtros de arena se están lavando dos veces diarias y que "usarán un producto para reducir los niveles de color del agua, que sí es apta para consumo humano", concluyó.