El relieve de Alcollarín está compuesto por materiales pizarrosos y graníticos, con suelos arcillosos y arenosos que poseen poca profundidad y poca capacidad para retener la humedad. La localidad está bañada por el río de su mismo nombre, subsidiario del Ruecas.

Sobre la fundación del pueblo hay varias teorías: por una parte se dice que fue creado por los árabes; una segunda señala que toma visos de pueblo gracias al establecimiento de Diego Pizarro, hermano de Francisco Pizarro, quién mandó construir el palacio y la iglesia. Una tercera versión destaca que, en principio, la formaban unas ventas denominadas Ventas del Collado , en las que sus habitantes se dedicaban a albergar o dar posada a los peregrinos que iban al monasterio de Guadalupe.

En los alrededores del pueblo se han encontrado varias pedreras, de donde se extraía el material para construir las viviendas, que junto con un barro un tanto arcilloso se solía utilizar sobre todo en las paredes exteriores.

DEMOGRAFIA

La población ha ido creciendo paulatinamente desde principios del siglo XX hasta llegar a 1950, momento en el que alcanza su techo demográfico con 1.171 habitantes. Y es que Alcollarín es uno de esos municipios que no ha podido recuperarse de los efectos de la emigración, ya que su crecimiento está estancado. Este hecho ha dado lugar a que su población sufra un intenso envejecimiento, con una tasa de mortalidad superior a la de la natalidad.

La distribución de la población por sectores económicos es muy desequilibrada, siendo el sector servicios el que ocupa a un mayor porcentaje. Por contra, el agrario se reserva una segunda posición, seguido de la construcción y la industria. La superficie labrada se dedica casi exclusivamente a los cultivos herbáceos.

El edificio religioso más representativo es la parroquia de Santa Catalina, que pese a sus múltiples reformas aún conserva algunos de los rasgos primitivos, como la portada ojival, la torre y los arcos apuntados que dividen los distintos tramos de la nave, además de su ápside semicilíndrico cubierto con bóveda de horno (cuarto de esfera). Todos estos elementos son característicos de los últimos años del siglo XV y primeros del XVI, coincidiendo con el reinado de los Reyes Católicos. La torre está fabricada con sillería bien escuadrada y se remata con cornisa balaustrada del XVI.

En cuanto a la arquitectura civil, el ejemplo está en el palacio de los Pizarro-Carvajal, en el que, y pese a presentar un estado ruinoso, los blasones destacan en su fachada y parecen corresponder a los últimos años del XV, correspondiendo a esta etapa sus elementos más antiguos.