Situada sobre un terreno con el sustrato pizarroso típico de la zona, su formación vegetal la componen la encina y otras especies del matorral, como la jara y el cantueso.

A la hora de hablar de su población, señalar que hasta mediados de siglo su crecimiento ha sido notorio, alcanzando la cifra máxima en 1950 con 1.611 habitantes. A partir de ese momento, sin embargo, el descenso ha sido su característica principal, de manera que a finales del XX, el número de sus vecinos es muy inferior al registrado a principios de siglo. Así, en 1900 se contabilizaban 609 mientras que en 1986 eran 533. Las consecuencias de este crecimiento negativo son el envejecimiento, la caída de las tasas de natalidad y el incremento de la mortalidad.

La forma de vida más usual es la agricultura y la ganadería, pero con un predominio claro de esta última. La producción agrícola se basa sobre todo en los cultivos herbáceos. El resto de los sectores económicos se reparten de la siguiente manera: los servicios ocupan a un 22% de la población activa, la construcción a un 9% y la industria a un 8%.

EDIFICIOS DE INTERES

El elemento artístico más significativo de esta localidad es la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, construida con mampostería, la cabecera se levanta volumétricamente por estar cubierta con cúpula de media naranja, mientras que la nave se cierra con bóveda de cañón con lunetos. Esta construcción, barroca, puede datarse por sus características en el siglo XVII.

También sobresale en altura el campanario, aunque este es algo anterior al siglo XVI, y es el único resto arquitectónico de la iglesia primitiva. De interés es, igualmente, la escultura policromada de la Virgen del Carrascal, situada en un pequeño retablo barroco. La Virgen es, sin embargo, muy anterior, pues se trata de una obra gótica del siglo XIV algo arcaizante.

Además, de visitar el pueblo se pueden hacer rutas interesantes por los alrededores andando o en bicicleta, rutas que son muy conocidas y apreciadas por quienes quieren disfrutar del paisaje.

Para quien quiera pernoctar, lo pueden hacer en sus alojamientos rurales como la casa El Tenado, que como su nombre indica se trata de un antiguo tenado donde se guardaban animales y herramientas de labor del campo. Ha sido restaurado con materiales nobles (piedra, madera e hierro).

Finalmente, Aldea del Obispo presume de estar muy bien situada: a 10 kilómetros de la monumental Trujillo; a 30 kilómetros de Monfragüe, y a un paso de la ciudad de Cáceres, Guadalupe o Mérida, lugares con una afluencia de turistas más que notable.