TAtlgunos de nuestros pueblos han sido testigos o protagonistas de importantes hechos históricos que se han mantenido en la memoria de los lugareños en breves relatos y escasas celebraciones y que los libros de Historia reducían a una fecha olvidando la importancia estratégica, social y económica que tuvieron. Desde hace unos años, gracias a los trabajos de investigadores locales, aficionados muchas veces sin más bagaje que su curiosidad y su amor a la patria chica y otras con sólidos conocimientos científicos, están siendo recuperados, aclarados y divulgados la mayoría de las veces sin un mínimo apoyo por parte de las instituciones y con las costas a su cargo.

Es el caso de Madrigalejo, lugar en el que murió Fernando el Católico. Ya hace unos años se recuperó la casa en la que tuvo lugar su fallecimiento, Santa María, que tras pasar por pajar y almacén luce en la actualidad como una lección de Historia que muestra a través de los diversos símbolos que engalanan sus paredes la formación de la nación española. Así, 84 castillos de toda España evocan la Reconquista y la impronta que dejó incluso en el carácter de los españoles. Un mapa de América hace referencia a uno de los empeños más trascendentales de todos los tiempos. Y, como no podía ser de otra manera, un gran escudo de los Reyes Católicos que anuncia el comienzo de una nueva era: la de la Nación Española.

En 2016 se cumple el V centenario de la muerta del monarca y un grupo de personas ha creado una comisión que está encargada de preparar los fastos que el acontecimiento merece. Según me cuentan algunas de las promotoras del evento, las eméritas historiadoras Toni Loro y Guadalupe Rodríguez, han establecido contacto con instituciones y personas que colaboren en él, le proporcionen el realce debido y pongan ante los ojos de todos la importancia y trascendencia de los hechos y documentos que se gestaron en ese pueblo antes, durante y después de la estancia del rey en él. Que tengan éxito.