Miles de peces han aparecido muertos en el Tajo en una zona próxima a la presa de Arrocampo, embalse de refrigeración de la Central Nuclear de Almaraz. La gran mortandad de peces era perfectamente visible a lo largo de la franja costera situada junto al antiguo bar-restaurante Moya.

Según pudo comprobar Efe en un recorrido de apenas 300 metros, por la orilla del río se agolpaban cientos de peces muertos, la mayoría barbos, pero también carpas, algunas de gran tamaño, y percasoles. Las primeras alertas surgieron ayer y a lo largo de la jornada se acercaron hasta la zona afectada agentes del Seprona, técnicos de Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y de la Consejería de Medio Ambiente.

Un pescador que se encontraba en el lugar de los hechos aseguró a Efe que ayer por la tarde, sobre las seis y media, dos agentes de la Guardia Civil estuvieron haciendo fotografías y recogiendo muestras del agua.

La causa de la muerte de los peces se desconoce por el momento y habrá que esperar a ver si el análisis de las aguas arroja alguna luz sobre lo sucedido. Sin embargo, el presidente de la Plataforma de Afectados por la Central Nuclear de Almaraz, Máximo García, presente en el lugar de los hechos, explicó que tras ser avisado por una vecina que posee una finca en la zona se acercó a donde desemboca el agua de Arrocampo "y hemos visto que tiene mucha espuma, como si hubiera algún vertido".

El área donde se han detectado los peces muertos es una zona del río con escasa corriente y que sufre fuertes subidas y bajadas del nivel de las aguas debido a que se halla entre embalses.

Fuentes de la Central Nuclear de Almaraz negaron a Efe que exista relación entre estos hechos y la planta, ya que, según dijeron, está más próximo al embalse de Valdecañas, además de que, según les comunicaron desde la Confederación Hidrográfica del Tajo, se debe al propio movimiento natural de tierra en los embalses, que libera ácido sulfhídrico.