El presupuesto del ayuntamiento para 2016 asciende a 9.121.585 euros, lo que supone un aumento en 393.767 con respecto al de 2015, es decir, 4,51% más. Del total corresponde a los ingresos por impuestos directos 3.717.804 euros, siendo según la concejal de Hacienda, Gema Bernat, una cifra mayor en referencia al 2015 "debido al aumento esperado en el incremento de ingresos en plusvalías, revisiones del IBI y el incremento previsible en la renta de Bienes Inmuebles". 150.000 euros corresponden a los impuestos indirectos; 2.451.000 a las tasas y otros ingresos "que supondrá un incremento debido a las cuotas y subida de tarifas, una nueva tasa de depuración, además de una revisión de la tasa de basura y de puertas de cochera y vados".

El capítulo de las transferencias y corrientes alcanzan un ingreso de 2.326.781 euros; los ingresos patrimoniales, 71.000 euros; y la enajenación de inversiones reales 450.000, "ya que se prevé la enajenación de parcelas en suelo urbano e industrial".

En cuanto a gastos, los mayores son los de personal, con 3.724.770 euros, y los de bienes corrientes y servicios, con 3.890.300, casi el 84% del total. El resto de gastos corresponden a los intereses de los préstamos concertados, las transferencias corrientes y las inversiones reales, como son obras en instalaciones deportivas, mejoras en la avenida Ramón y Cajal, pavimentación del Molinillo.

El presupuesto ha sido aprobado por mayoría con los votos en contra de PSOE e IU-Siex. El portavoz del primer grupo, Fernando Acero, señaló que se trata de un presupuesto "irreal, imprudente y falto de ambición", con unos gastos "poco transparentes y que no dan respuesta a las necesidades de los ciudadanos, donde apenas queda un 15% de lo destinado a gastos para hacer inversiones". Luego dijo que se debían haber confeccionado contando con el resto de partidos, al ser interés de todos la ciudad.

Joaquín Paredes, líder IU-Siex, afirmó que el debate es cada vez "menos fértil" y que no refleja la realidad. Incidió en la posibilidad de una mayor "recaudación y diversificación" en los impuestos directos, y calificó el capítulo de inversiones como "pobre y poco explícito".

De otro lado, ante las mencionadas críticas, el alcalde Alberto Casero dijo preferir que sean unos presupuestos "pobres, poco realista y sin ambición, lo cual no quiere decir que sea de mala gestión, pero es difícil presupuestar los ingresos cuando no da más de sí la situación social y económica de la ciudad".