Acaban de comenzar en la Dehesa Boyal -concretamente en el paraje de Las Costeras --, los trabajos de limpieza de los terrenos plantados de pinos, que resultaron afectados por el incendio que arrasó la zona en 2011. Posteriormente van a ser repoblados de alcornoques, según adelantó el concejal de Caminos y Montes Públicos, Joaquín Bote.

El edil explicó que "después de varios intentos de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, de sacar a concurso, ya que se trata de un monte consorciado, la subasta de la madera y quedar desierto, el ayuntamiento --con autorización de la Junta-- ha adjudicado la misma a una empresa, "por un precio simbólico, pero la limpieza la hace por su cuenta".

El edil destacó que "aparte de que no va a costar dinero a la Junta, ni a las arcas municipales, limpiar la zona quemada, una empresa" aprovecha la madera afectada por las llamas para producir biomasa con destino al secado de tabaco. Ante esta situación "el pasado lunes se iniciaron los trabajos encaminados a eliminar el enorme impacto que había en ese paraje de la Dehesa Boyal, tras ser arrasado por las llamas en el verano de 2011".

Por otra parte Bote advirtió que "en los montes públicos del ayuntamiento, el pino es un árbol maldito, como lo demuestra el hecho de que tanto en la Dehesa Boyal, como en Lanchacabrera y el Cerro de la Cabeza, nunca ha habido ingresos en el ayuntamiento, desde hace cincuenta o sesenta años que comenzaron a ser repoblados".

En cambio Bote indicó que la Dehesa de Jaraíz tiene mil hectáreas de superficie, y solamente hay plantados en la actualidad entre quinientos y seiscientos alcornoques, y el ayuntamiento recibió el año pasado cien mil euros por la venta del corcho. "Si estuviera toda la dehesa repoblada el corcho importaría millones de euros". Por eso se mostró partidario de dejar a las generaciones futuras este patrimonio, "que hay que iniciar ahora con la repoblación, haciéndola compatible con el pastoreo, algo que antes no ocurría".