Debe su nombre a los numerosos cauces que atraviesan su término, entre los que destacamos el arroyo del Horco y de San Pablo. El término municipal descansa en las laderas de la Sierra de Tormantos. Arroyomolinos de la Vera es un pequeño pueblo agrícola y ganadero de la provincia, que destaca por la producción de su afamado Licor de Gloria y la abundancia de bodegas familiares, donde de forma artesanal se elabora su reconocido vino de pitarra.

En su casco viejo, situado en la propia plaza de España, se encuentra la monumental iglesia parroquial de San Nicolás, que es una obra de los siglos XV y XVI, levantada con sillería de mampostería granítica. Es de las más pequeñas de la comarca, aunque suficiente para acoger un censo vecinal que osciló en torno a los 200 vecinos en sus mejores momentos, en el año 1591.

A pesar de sus reducidas dimensiones sufrió abundantes reformas en el transcurso de los siglos, encontrándose hoy bastante descuidada y con el tejado seriamente amenazado. Pertenece al tipo de las de una sola nave y en su interior se puede apreciar un hermoso retablo rococó del siglo XVIII. Su torre de origen defensivo y de construcción anterior, está separada del cuerpo principal de la iglesia por una calle, lo que resulta curioso de contemplar para el visitante que no la conoce, como las parroquiales de Pasarón y Aldeanueva.

EL PASEO

Al pasear por sus calles se descubren algunos elementos curiosos como la plazuela de la Atalaya y las fuentes del Llano y del Pilón. Es visitable la ermita del Santísimo Cristo del Humilladero, levantada en el siglo XVII.

Arroyomolinos de la Vera está situado en la vertiente sudeste de la sierra de Tormantos, en la zona de las Barreras del Hoyo, forma parte de la comarca natural verata, limitando con los términos de Tejada, de Tiétar, Pasarón de la Vera, Piornal, Barrado y Gargüera lo que muestra cerca elevaciones como el Cerro del Moral, de 1.700 metros de altura, el cerro de Peñalba, el Alto de Aliseda, o el alto de la Era del Bando.

Parajes singulares son también la Garganta de la Desesperá, a unos tres kilómetros del pueblo, donde se encuentra la piscina natural o el Riscal de los Diablos.

Una de sus tradiciones más singulares es la matanza verata, esta tradición de influencia céltica y con características de pura previsión culinaria, antaño tenía una importancia casi festiva para la familia que mataba, pues a este acto se dedicaban varios días y en su desarrollo participaba toda la familia e incluso varias familias, unidas para abaratar costes y repartir trabajo. En Arroyomolinos de la Vera aún continúa celebrándose esta bonita tradición.