Se acerca septiembre y con él, en este año atípico, la incertidumbre de cara a la vuelta a las aulas y al inicio del nuevo curso. Un panorama que no hace más que generar inseguridad y dudas tanto en padres como en políticos.

José Antonio Redondo, alcalde del Ayuntamiento de Trujillo, reconoció dicha sensación en su última comparecencia, en la que además dio cuenta de los peores datos registrados desde el inicio de la pandemia en la ciudad.

«La tarea es complicada, porque no sabemos lo que va a pasar», reconocía el edil, que hace días reflexionaba sobre si podrían o no abrirse las guarderías municipales, fundamentalmente, porque no se sabe cuáles serán las decisiones de los padres a la hora de llevar a sus hijos al servicio.

Llegados a este punto, el dirigente trujillano avanzó que el ayuntamiento pondrá a disposición de la Consejería de Educación los espacios municipales que puedan utilizarse como aulas, con el fin de intentar que los grupos de alumnos sean reducidos.

De esta manera, habló de poder usar las dependencias del albergue de Belén, o las de las aulas para adultos de las antiguas escuelas de la carretera de Cáceres, además de algunos espacios de las guarderías, que presupone que no se llenarán este curso.

En cualquier caso, Redondo resaltó varias veces en su intervención que, en este momento, «los que tenemos que decidir no sabemos cómo afrontar la situación» y confesó que no quiere tomar decisiones diferentes por «no tomar el camino equivocado».