La basílica visigoda de Santa Lucía es la única de esta época que permanece en pie en el sur de la península. A pesar de que el edificio siempre ha estado a la vista y era conocido por los lugareños, fue descubierto como tal en 1980 por Juan Rosco Madruga. Este monumento está construido con sillares reutilizados que pertenecieron a otros edificios más antiguos, muchos de ellos contienen inscripciones de época romana. Santa Lucía había pertenecido al clero hasta la desamortización de Mendizábal de 1835, año que pasó a manos de particulares. A mediados de este siglo el edificio se usó como establo de ganado y cobijo de campesinos.