La zona más antigua de Cabezuela es conocida como la aldea , y la misma la componen callejuelas y rincones angostos, que junto a sus esepciales características arquitectónicas y de conservación le han supuesto la declaración de conjunto histórico-artístico.

Además, en su parte más alta, construida sobre un asentamiento romano, que más tarde ocuparían los árabes, predominan los edificios típicos de la arquitectura popular extremeña, donde abundan construcciones de entramado en madera, adobes y granito, con grandes salientes a partir de la primera planta que se sustentan en soportales que descansan sobre pies de madera o columnas de cantería, que se pueden admirar paseando por su judería, un lugar pintoresco debido a sus calles empinadas y laberínticas y a veces umbrías como la calleja de la Cárcel o el Portal Viejo. En su término municipal se encuentran también los restos del poblado de Vadillo.

En su casco urbano sobresalen los profundos soportales de la plaza donde se sigue celebrando animados mercadillos. Su principal monumento es la iglesia de san Miguel Arcángel, que asentada sobre lo que fuera el solar de la sinagoga de los hebreos, posee una sola nave, mientras que su aspecto robusto se lo dan los cinco contrafuertes que en el interior se convierte en cinco fajones. Se pueden destacar, igualmente, las ermitas barrocas, entre ella la dedicada a la patrona, la Virgen de Peñas Albas.

GEOGRAFIA Y ECONOMIA

Cabezuela se sitúa en la hondonada del valle del Jerte, en cuya parte central se encuentra. Está bañada por el Jerte desde la garganta del Tornadero. Dentro del valle ha tenido siempre un cierto papel capitalino por ser sede del vicariato y de otras instituciones mancomunales.

Su sustento es de color rojo cereza, producto, que como en el resto del valle, es fundamental para su economía. Y es que el cerezo prolifera por toda la comarca desde el medievo, remontándose la fama de sus cerezas al siglo XVI por su variedad, calidad, colores y sabores.

Pero el futuro de sus vecinos también pasa por el sector servicios, debido, sobre todo, a la presencia, cada vez mayor, de turistas. Esta importancia no es casualidad, Cabezuela cuenta con un buen número de casas rurales, apartamentos y cámping, y excelentes zonas de baño. Su cercanía con la garganta de Los Infiernos o las diversas rutas que se pueden realizar partiendo de la localidad, bien al puerto de Honduras o a la comarca de la Vera, siguiendo la ruta de Carlos V, la convierten en un destino más que atractivo. Sus aguas son refugio de pescadores que buscan en los revueltos juegos del río la apreciada trucha.