Los ciudadanos de la comarca del Valle del Alagón esperan con los brazos abiertos la próxima apertura del nuevo tramo de la autovía Ex A1, entre El Batán y Coria. Sin embargo, incluso antes de comenzarse las obras para su construcción, esta nueva infraestructura ya ha ocasionado quebraderos de cabeza a algunos vecinos, entre estos, Clemente García, un ganadero de Coria para el que el proyecto de la autovía se ha convertido en un verdadero calvario desde el principio.

De hecho, hace tan solo dos años, Clemente ya sufrió el primer varapalo a causa de la autovía que dibujada sobre el plano pasaba por encima de su finca, lo que ocasionó que los 120.000 metros cuadrados de terreno de los que era propietario se redujeran de golpe a 40.000 metros. "Me expropiaron 80.000 metros donde tenía unas sesenta vacas que tuve que pasar a otra finca", recordaba ayer con tristeza mientas señalaba lo que eran parte de sus tierras ahora convertidas en un extenso asfalto rodeado de grandes excavadoras.

Sin embargo, los problemas para Clemente no se han quedado ahí, sino que han ido más allá, ya que estos días está viendo "resquebrajarse", por las obras de la Ex A1, parte de las instalaciones que se encuentran en el cebadero en el que tiene una treintena de becerros. "Toda la tierra que extraen las máquinas la están echando en un cerro que está a unos 100 metros de mi finca, a pesar de que ya se les advirtió de que podía deslizarse y que se estaba moviendo", explicaba Clemente.

Este aseguró que, además, esa acumulación de tierras ya ha provocado la aparición de grietas en el camino vecinal que comunica Coria con varias fincas --la suya entre ellas--, y daños notablemente visibles en sus instalaciones. "El foso se está abriendo y el suelo se está levantando cada día más por el peso de la acumulación de tierra, lo que es un asunto peligroso que deberían corregir, pues tendrá aún mucho más peligro si se diera el caso de que lloviera", comentó.

Por su parte, desde la Consejería de Fomento de la Junta se reconoció la existencia de la acumulación de tierra, pero se aclaró que "está controlado" y que el peligro "no existe".