Por tercer año consecutivo el sonido de los cencerros retumbó por las calles de Guijo de Santa Bárbara el 7 de diciembre con la celebración de Los Campanillos. Esta ancestral tradición, recuperada por la corporación municipal en el 2007, congrega cada año a más gente, tanto vecinos como turistas, y la del pasado lunes ha sido hasta la fecha la más numerosa, teniendo además entre sus visitantes al subdelegado del Gobierno en Cáceres, Fernando Solís.

Tras congregarse en la plaza de el Guijo, decenas de personas salieron en procesión por las calles de la localidad verata provistos de sus cencerros y una manta, que en los orígenes de esta costumbre no solo se utilizaba para guarecerse del frío, sino también para cubrirse el rostro, pues tocar los campanillos era algo prohibido tanto por la iglesia como por las autoridades civiles hasta los años 60 del pasado siglo.

Tocar los campanillos, relatan fuentes municipales de Guijo, era un acto social que se llevaba a cabo en muchas localidades y que la Iglesia trató de prohibirlo ya en el año 1455. "Era una forma de protestar", explica Antonio Borreguero, concejal de Guijo de Santa Barbara, que reitera la importancia de recuperar esta tradición para aumentar la amplia oferta de la zona. "Aumentar, no competir", matiza.