La bandera de Extremadura es verde, blanca y negra. Pero hace unos días, Madrid se tiñó de color rojo, que por un día fue la bandera de la región y de los extremeños, gracias a la picota del Jerte y a ese color tan característico de principios del verano.

La Asociación para la promoción y desarrollo del Valle del Jerte (Soprodevaje) y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte dieron información del turismo en el Valle del Jerte, además de repartir Picota del Jerte con DOP.

El objetivo de la acción financiada por el programa Leader era promocionar el turismo de la zona como territorio único y ligado a la producción de la cereza. Todo ello se engloba dentro de la campaña de promoción territorial Cerecera 2019 que se desarrolla estos días.

Gustaron, y mucho, las Picotas del Jerte, pues son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y dulzura. Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más características que las diferencian del resto: su textura carnosa y más crujiente, su tamaño de un calibre de menor tamaño, de los 22 a los 28 milímetros, y su sabor más dulce y su color. Asimismo, destaca su cultivo natural y su recogida y tratamientos tradicionales.