Una fiesta única y muy nuestra". Así es como definió ayer el alcalde de Acehúche, Constantino Julián, las fiestas que revive el pueblo cacereño en estos días en honor a San Sebastián, conocidas como Las Carantoñas. Esta celebración, declarada de Interés Turístico Regional, se convierte cada año en un atractivo para miles de extremeños. Pero además, la larga historia de esta tradición, que se remonta hasta la edad media, ha logrado que turistas de otras comunidades como Madrid, así como numerosos reporteros gráficos se sientan atraídos por esta costumbre que traspasa fronteras.

ACTOS Ayer comenzaron los actos organizados por la Cofradía de San Sebastián, con casi 400 cofrades. Los que paseaban por las calles ya podían ver las enormes Carantoñas con sus grandes y pesadas pieles, sus impresionantes máscaras y ramas de romero. La fiesta continuó con la tradicional loa en la casa del mayordomo. Victoriano Solano fue el afortunado este año en poder agradecer al santo, aunque dejó ese privilegio a su hija María del Mar, que expresó sus agradecimientos ante el santo. Hoy el mayordomo será Juan Antonio Solana.

Muchos coinciden en que San Sebastián era un capitán guerrero que fue secuestrado por unos bandidos para robarle y fue atado a un árbol. Después lo hirieron y lo dejaron solo. Con el paso de los días San Sebastián se fue desangrando y el olor de la sangre atrajo a las fieras, que cuando lo encontraron lo adoraron en lugar de atacarlo. Más tarde apareció el diablo, representado por la Vaca Tora , que en la versión que ha llegado hasta nuestros días es la que se encarga de ahuyentar a las fieras.