La estación de autobuses de Casar de Cáceres, obra del arquitecto extremeño Justo García Rubio, abrirá la próxima semana y será inaugurada una vez que el ayuntamiento y la Junta fijen fecha. La obra ha tenido un presupuesto de 360.000 euros y el proyecto, innovador y vanguardista, que ha sido portada en numerosas revistas, quedó finalista en los prestigiosos premios FAD de Arquitectura y fue galardonado con el premio Extremadura a la Creación del Gobierno regional. La obra se compone de dos láminas de hormigón encofrado que se levantaron en dos noches, a partir del 6 de agosto, para evitar las elevadas temperaturas veraniegas, explicó el arquitecto.

CON PRESTIGIO "Si el hormigón se vierte en abril se puede hacer de día, pero el 6 de agosto tiene que ser por la noche debido a las altas temperaturas", indicó García Rubio a EL PERIODICO EXTREMADURA. El coste inicial de la obra apenas superaba los 280.000 euros, pero hubo un incremento del presupuesto en 78.000 euros más para hacer las láminas. El resultado ha sido una obra que ha dado la vuelta al mundo y ha aparecido en publicaciones especializadas entre grandes proyectos arquitectónicos de coste superior, como el Aeropuerto de Barajas y la Estación del AVE de Barcelona.

"Es un proyecto pequeño, pero con una gran trascendencia", manifestó el arquitecto, que no ocultó su malestar por una serie de modificaciones realizadas una vez que la obra no dependía administrativamente de él.

"Hay que tener más aprecio por el trabajo de los demás", dijo contrariado García Rubio, quien expresó su pesar por el hecho de que taladraran la lámina de hormigón para añadir unos componentes que no figuraban en el proyecto inicial.

La estación de autobuses se encuentra entre un colegio y una guardería. Aunque en el pueblo se la conoce como la patata frita por el parecido que, según dicen, guarda con este aperitivo, García Rubio tiene otra concepción más profunda.: "Al estar entre dos colegios lo importante son los niños y el mundo de la imaginación de esos niños, que es lo que representa la obra, que al mismo tiempo contribuye a hacer labor de enseñanza de la arquitectura".

El arquitecto se trasladará el año que viene a Barcelona para dar clases de arquitectura y vivir a camino entre Cáceres y Cataluña. La escasez de obras en Extremadura le obligará a reorientar su profesión, y es que en más de 20 años de ejercicio profesional en la comunidad autónoma, García Rubio asegura haber realizado sólo dos edificios de nueva planta, el edificio del Inem en Cáceres y algún colegio.