Esta localidad de 200 habitantes recibe su nombre del puerto en cuyas laderas se asienta. Sobre su origen, Madoz concluye que surgió tras la desaparición de las antiguas ventas de San Andrés, aunque luego cambió su denominación por la actual de Casas de Miravete, figurando como una de las ciudades que en 1639 fue vendida a Francisco de Totavila, duque de san Germán.

Señalar también que el municipio aprovechó desde antiguo el tránsito de los ganaderos por la sierra llegando a sufrir por su situación un incendio que la devastó durante la Guerra de la Independencia.

Geográficamente, indicar que se encuentra en las faldas del pico de Miravete, que forma parte de la comarca de Los Ibores, y que buena parte de su término municipal se halla dentro de los límites fronterizos del parque natural de Monfragüe.

Los numerosos encinares y alcornocales que cubren su territorio constituyen uno de los principales atractivos de Casas de Miravete, así como la abundante fauna que hace que numerosos visitantes se acerquen para practicar la caza en estos parajes, en los que abundan los ejemplares de corzo, jabalí, venado y gamo.

EDIFICIOS SINGULARES Entre sus monumentos destaca la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, una construcción eminentemente popular, que data de mediados del siglo XVII, y en cuya edificación se utilizaron materiales abundantes en la zona, como la pizarra. El templo cuenta también con una imagen de la Virgen con el Niño, de talla policromada, al parecer una obra de mediados del XV.

Asimismo, hay que ver las ruinas del castillo que, según parece, en sus orígenes fue una fortaleza morisca de los siglos XI o XII, o los restos del Fortín de Miravete, una fortificación militar de la época de la Guerra de la Independencia. Por el nombre de Mirabete o Miravete se conocía igualmente a un baluarte edificado por los musulmanes en la línea de defensa del castillo de Monfragüe. De esa época, sin embargo, apenas se conocen documentos en los que se haga mención a su historia.

El viajero también puede conocer los restos de la iglesia de Santiago de la Piñuela, un inmueble que data del siglo XVI, y que se encuentra situado a poco más de dos kilómetros del centro de la población. El primer mesón del que se tienen noticias es de uno del siglo XV y responde a la recuperación de la economía castellana en dicho siglo, específicamente al movimiento promovido por las ferias de ganado, en Plasencia, Talavera y, más locales, San Miguel de Navalmoral, Santa María de la Mata y otras.